El proceso constituyente, que se inicia con las movilizaciones sociales del 18 de octubre, tiene en su origen tanto en una dimensión social territorial, como político institucional. Es resultado de la historia de nuestro país y sus pueblos. El desafío principal de este proceso es hacer dialogar ambas dimensiones: la movilización y el voto, la participación y la representación; con el objetivo de que demos paso a un nuevo modelo de sociedad, de democracia y que la constitución exprese ese nuevo orden representando los intereses de las mayorías.
La forma en que vivimos en sociedad se desarrolla a través de los vínculos y relaciones que ponemos en práctica, los espacios que creamos para desarrollarla y la manera en que nos relacionamos con la naturaleza. Así hemos producido y reproducido organizaciones, ciudades, estados, instituciones, leyes, mercados, fábricas, escuelas, familias, etc. El resultado de la combinación de todos estos factores es lo que llamamos el modelo de sociedad, que contiene múltiples contradicciones (dificultades y conflictos) que se van abordando y resolviendo o no, con el devenir de la actuación de los sujetos en la historia de la humanidad. El modelo de sociedad entonces, es el resultado de las interacciones de los sujetos, hombres, mujeres, de las identidades todas y las soluciones y problemas que enfrentan el proceso de producción de la vida en los territorios.
Chile tiene su historia, tiene sus pueblos, sus recursos naturales, su sistema de gobierno, su organización económica, etc. Nos encontramos en un momento de toma de conciencia colectiva de como cada uno de estos aspectos que influyen en nuestras vidas cotidianas, pues sus efectos han resultado a esta altura inaceptables. Las reglas de juego de la sociedad Chilena en su entrada al siglo XXI se han cuestionado por una amplia mayoría social a través de la movilización y el voto, por lo tanto entramos a esta tercera década con la discusión abierta sobre el rumbo de nuestra sociedad y el modo en que resolveremos la integración con sostenibilidad política, social, económica y ambiental.
